¡El virtuoso de las formas voluptuosas y del color deslumbrante!
Fernando Botero nos deja un legado artístico rico en colores y formas, profundamente inspirado en los maestros del Renacimiento, y marcado por su pasión por el arte precolombino.
Su primera exposición personal tuvo lugar en Bogotá en 1951. Al año siguiente recibió un premio del Salón de Artistas Colombianos y voló a Europa. En París, recorrió las galerías del Louvre antes de viajar a Italia, donde los maestros del Renacimiento reforzaron su admiración por la forma y el color.
En 1956, con su cuadro “Naturaleza muerta con mandolina”, se atrevió por primera vez a expresar el volumen de las formas de una manera profundamente personal, rompiendo las reglas tradicionales de proporción en favor de una grandeza atrevida.
En 1960 se instaló en Nueva York y el MoMA adquirió la primera versión de su “Mona Lisa a los doce años”.
Sus obras, presentadas por primera vez en Florencia en 1991, han viajado desde entonces por todo el mundo, de Montecarlo a París, de Nueva York a Madrid.
Se mantuvo fiel a una tradición artística figurativa, explorando diversos temas; desde naturalezas muertas hasta desnudos femeninos, desde escenas de la vida cotidiana hasta retratos taurinos y familiares.
Sus pinturas, a veces de apariencia humorística, suelen ofrecer una mirada crítica a la sociedad. Para Botero, el volumen reside en la materia… “El volumen, no quiero enfatizarlo por la sombra, sino por la materia que debe moverse hacia adentro”.
Descubre algunas de las piezas emblemáticas que pudimos presentar durante nuestras rebajas:
– “Pareja de baile, 2012”. Una estampa en bronce con pátina negra, vendida por 1 euros*.
– “Mujer desnuda sentada con el brazo detrás de la cabeza, 2005”. Una impresión en bronce con pátina marrón, vendida por 258 euros*.
– “Bodegón con fruta, cuchillo y tetera frente a una ventana, 1998”. Un óleo sobre lienzo vendido por 145 euros*.
*Tarifas no incluidas.